Análisis Bye-Bye BoxBoy! 3DS
¿Cómo es posible sentir cariño por una simple caja, un personaje protagonista de un juego de plataformas y puzles sencillo a primera vista? Esas cuestiones las realizaba hace tiempo mi buen compañero Bruno Louviers, cuando tuvo el honor de analizar BoxBoy!, otra de las entregas de la saga que hoy nos ocupa. Efectivamente, cuesta creerlo y cuesta pensarlo, porque no hay que quitar la razón en algo fundamental: aquel BoxBoy! y el Bye-Bye BoxBoy! que hoy nos ocupa son muy sencillos en su ejecución y planteamiento. Pero avanzas y sientes que hay algo más allá de resolver puzles en esta hermosa obra.
Quizás sea por su estilo artístico, minimalista pero genial, o por su capacidad de dar vida a esas cajas protagonistas a través de unas animaciones tremendamente simpáticas. Es un juego honesto, majo con el jugador. Da gusto tener que resolver unos puzles si es con esa caja a la que incluso podemos comprar vestimentas y trajes para que luzca de manera curiosa. En esta ocasión (como en las anteriores, en realidad), tendremos que superar unos 180 niveles distribuidos en diferentes planetas. Cada uno de ellos planteará diferentes retos y mecánicas, aunque la esencia de todos ellos siempre será la misma: ir colocando cajas en el escenario de manera correcta para poder avanzar.
También cuesta creer que esa simple mecánica, que nos lleva a colocar un número limitado de cajas en cada interacción para ir superando desafíos, pueda llegar a convertirse en algo tan profundo y que llegue a funcionar en cada fase. Pero es la verdad: todos y cada uno de los planetas de Bye-Bye BoxBoy! tienen personalidad y aportan reto, junto a su particular diversión. Una vez que tenemos interiorizadas las mecánicas y controlamos a nuestro Chico Caja de una manera solvente, es el juego quien nos sorprende para que tengamos que ir adaptándonos continuamente a los nuevos retos impuestos.
Quizás en una ocasión nos sirva con enlazar lugares poniendo cajas para poder avanzar, mientras que en otro momento necesitaremos pulsar también un botón que nos abra una puerta. O puede que en un nuevo planeta vayamos acompañados de una pequeña caja, a quien debemos cuidar para procurar que nuestro progreso sea igual de seguro tanto para nosotros como para ella. Bye-Bye-BoxBoy sabe ir reinventándose como un gran juego de puzles, desafiante en su justa medida. Desde luego, podría decir sin miedo a equivocarme que se trata de un auténtico referente del género.
La dificultad en este género es un elemento extremadamente subjetivo, pero pienso que está muy bien ajustada. Hay momentos en los que no sabrás exactamente qué hacer, o que todos tus intentos colocando cajas sean en balde, pero todo será cuestión de tiempo hasta que ¡oh, cómo no se me había ocurrido hacer esto! y asunto resuelto. Evidentemente, Bye-Bye BoxBoy! es lo que es. Aquellos que no quieran estrujarse un poco el cerebro ni ponerse a resolver puzles deberían dirigir su mirada hacia otro lado, ya que el juego no aporta nada más allá de los puzles y su hermoso arte. De hecho, al calificativo de puzle de plataformas puede sobrarle esto último, a no ser que entendamos como plataformas dar un salto de vez en cuando para poder avanzar por nuestras cajas.
Los niveles también cuentan con elementos coleccionables, algunos de ellos muy complicados de alcanzar. Esto añade rejugabilidad al título, que de por sí ya la tiene. Es increíblemente complicado llegar a completar a la perfección todos los niveles y planetas, ya que siempre encontraremos algún escollo en el camino que no sepamos solventar o que prefiramos solucionar de forma rápida, dejando atrás ese coleccionable. También hay muchos elementos en la tienda que podemos desbloquear a cambio de puntos, que se nos ofrecen al completar los niveles del juego, así que aquellos que quieran un juego con muchos puzles y que además sea rejugable, tienen en Bye-Bye-Boxboy! un buen amigo de aventuras para sus bolsillos.
Es posible que sea muy similar a sus aventuras anteriores y que no aporte una evolución real, pero tampoco lo pretende. Además, su precio en formato digital no es demasiado elevado, por lo que sigue siendo una opción muy a tener en cuenta para los amantes del género. Siempre es un plus saber que ese chico-caja entrañable que aparace en la pantalla, que puede llevar un divertido traje elegido por nosotros mismos, es el protagonista de un viaje espacial cuyos desafíos da gusto resolver de principio a fin.
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