Splatoon 2 Splatoon 2 SWITCH
Global Testfire. Así se llamó al pequeño período de pruebas del que pudimos disfrutar el pasado fin de semana en Nintendo Switch con uno de sus próximos títulos exclusivos: Splatoon 2. Puedo decir, antes de nada, que esa prueba de fuego ha sido superada con creces: prácticamente ni un solo problema de conexión durante las pocas horas en las que el juego estuvo disponible y la certeza absoluta de que el título final será tremendamente divertido y satisfactorio. Pero vayamos por partes.
Habrá quien diga que al primer Splatoon, visto en Wii U, todavía le queda camino por recorrer. El problema es que su propia consola ya se ha dado de bruces con un acantilado que le impide avanzar, e icluso que le invita a saltar para encontrar su final. Splatoon 2 no se siente como una enorme secuela que evolucione los esquemas vistos en esa primera entrega, sino más bien se hace notar como un regreso triunfal en el que se liman algunas asperezas de su piel (si es que los calamares las tienen), para volver a dejarnos disfrutar de sus ríos de tinta literales.
Splatoon 2 en Nintendo Switch se entiende por ello, ya que una enorme parte del público ni siquiera ha podido disfrutar de esa primera entrega. Sin embargo, se asimila desde ya mismo como un motivo más de peso por el que hacerse con esta nueva plataforma de Nintendo. Es una pena que solo pudiéramos jugar unas partidas en la misma modalidad de juego, básica y sencilla pero igualmente divertida, sin poder acceder a las opciones de mejora u a otras opciones que sí tendrá el juego final. Pero incluso he sentido esas murallas como algo positivo, porque ahora mismo las ganas que tengo de que llegue la versión conclusa de la obra son mucho más elevadas que cuando solo sentía a esta secuela como un futuro título más, exclusivo y con importancia, pero con menos empaque que otros grandes nombres que sí se atisban en la distancia.
Es increíble cómo Nintendo ha sido capaz de dar en la tecla a la hora de crear un título multijugador, profundo y adictivo, a la par que apto para todo tipo de públicos. Jugar a Splatoon 2 es sencillísimo, ya que cada uno de los personajes cuenta con muy pocos movimientos y habilidades propias, teniendo siempre la máxima de pintar el escenario de nuestro color para que al final de la partida nuestro equipo haya coloreado un porcentaje mayor del escenario que los contrarios. Pero es extremadamente difícil de dominar, y se nota cuando te enfrentas a un enemigo que sabe posicionarse en el escenario, que tiene puntería para acabar contigo, que utiliza la pintura y la tuya a su favor, que sabe perfectamente cuál es su rol en el grupo e incluso juega en equipo... esta obra no tiene nada que envidiar a los títulos más adultos estéticamente hablando que también plantean enfrentamientos en línea.
Es adictivo y las diferentes pruebas que realicé en este Global Test Fire (todas de solo una hora de duración) se me hicieron muy cortas, esperando siempre a la siguiente para seguir. El juego aprovecha las capacidades de Nintendo Switch, pudiendo jugar en la televisión y permitiendo llevarnos al instante la experiencia en su formato portátil. Quizás lo peor del conjunto sea el uso del giroscopio, activado de forma predeterminada, que llega para ayudarnos a la hora de apuntar pero más bien nos hace el favor contrario. Afortunadamente, nada que no pueda ser solventado en una rápida visita al menú de opciones.
Parece un juego sólido porque su base lo es, y la casi nula presencia de errores en los servidores durante estas pruebas hacen pensar que Splatoon 2 podría llegar al mercado en cualquier momento, a pesar de que todavía no tiene ni fecha de lanzamiento oficial (más allá de que sabemos que llegará en algún instante de este mismo año). No tiene pinta de que vaya a decepcionar a nadie, convirtiéndose en una experiencia plena para los poseedores de la consola (quién sabe si también se convertirá en uno de los títulos que justifique a muchos el pago de la suscripción online todavía no concretada). Lo visto, aunque poco, es prometedor y muy divertido. Lo mejor es que el juego sabe darte una impresión muy positiva de que el resto va a seguir esa misma estela de color, muy viva y simpática, capaz de acabar con el blanco y el gris de la rutina cada vez que encendamos la consola.
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